11 de diciembre de 2024

Para frenar el ecocidio

TEXTO Y FOTOGRAFÍAS FRANCO GIORDA

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Desde la plaza Mansilla, en el corazón del centro cívico, hasta la costa del río Paraná, frente a la plaza de las colectividades, una nutrida columna de manifestantes reclamó por la Ley de Humedales. En el marco de las quemas de las islas que se registran desde hace semanas, la Multisectorial por los Humedales – Paraná convocó a la marcha que encabezada por una pancarta en la que se leía «Ley de Humedales. Basta de Ecocidio ya». La iniciativa apela a la sustentabilidad de estos espacios vitales del ecosistema.

 

 

Antes de comenzar con la caminata, se pidió por altavoz a los concurrentes mantener el distanciamiento y utilizar correctamente los barbijos. La razón de la advertencia es que este viernes se declaró a la ciudad con circulación comunitaria de covid 19.

La demanda por la preservación de los bienes naturales y por el cambio del modelo productivo se hizo tanto a pie como en automóviles que escoltaron la hilera de caminantes. Desde los vehículos se hacían sonar las bocinas y se lucían carteles en las ventanillas. Incluso algunos llevaban pintadas, sobre la chapa, consignas en defensa del medio ambiente. Estos vehículos pudieron llegar hasta el Patito Sirirí dado que allí un retén policial interrumpía el tránsito de los coches.

Desde que comenzó hasta que culminó la marcha se realizó al ritmo de los tambores que aportó el Movimiento Socialista de los Trabajadores (MST), único partido político identificable por sus banderas y carteles, entre la multitud de manifestantes.

 

 

Muchos de los y las participantes levantaban sobre sus cabezas cartones con textos y pinturas para manifestar críticas al sistema dominante de los agronegocios, a las políticas ambientales y a los atentados contra la naturaleza. Desde la multisectorial entienden que «nos encontramos frente a un contexto muy complejo, el cual tiene como marco un modelo capitalista-extractivista, que considera a los bienes comunes como recursos naturales explotables, y en donde las personas no son consideradas como parte del ambiente». Este proceso «tuvo comienzo en el año 1996 con la incorporación de la soja transgénica al país, llegó a un punto crítico a mediados del año 2002 cuando la expansión de la frontera agrícola habilitó a los productores a instalar su actividad en las islas de la zona. Los cambios aparejados a esta actividad fueron notables, y tienen relación directa con el crecimiento de soja en tierra, el traslado de la ganadería hacia las islas, así como también la expulsión del campesinado que pasó a engrosar las villas de las grandes urbes», explicaron referentes de la organización.

«Con la expansión de la frontera agropecuaria, el número de quemas en la zona ha ido en aumento. Esta práctica se realiza con la finalidad de limpiar y obtener una pastura de mayor calidad para las actividades económicas mencionadas», sostuvieron.

 

 

 

Por otra parte, la organización ambientalista destacó la importancia vital de estos sistemas naturales para el equilibrio de la vida. En este sentido, señalaron sus representantes que «es clave entender que éstos ocupan el 22% del territorio nacional, conformando el hábitat del 40% de la biodiversidad mundial. Este ecosistema se compone de zonas parcial o totalmente inundadas, siendo de enorme valor biológico y social. Desempeñan un papel crucial en el ciclo del agua regulando sus flujos porque la reciben, almacenan, purifican y liberan. Además son el hábitat de una enorme diversidad de especies».

Estos y otros conceptos fueron expresados en el documento consensuado que se leyó al finalizar la marcha. Por ejemplo, en relación a las quemas también se dijo que «según cifras oficiales, sólo en lo que va del año se contabilizaron más de 5 mil focos de incendio, unas 90 mil hectáreas, que son el equivalente a más de 6 veces el tamaño de Paraná. Pero sabemos que este fenómeno se extiende a lo largo de todo el valle aluvial de la Cuenca del Plata, por lo cual desconocemos la magnitud real de los territorios devastados».

 

 

Una vez concluido la exposición, se invitó a quienes estaban presentes a hacer uso de la palabra. Pasadas las cinco de la tarde de este sábado 8 de agosto, los ciudadanos y las ciudadanas se desconcentraron lentamente con la satisfacción de haber aumentado largamente la convocatoria que se había realizado el sábado anterior por la misma causa. En muy poco tiempo, a pesar de todas las dificultades que impone la pandemia, la cuestión de los humedales ha cobrado mayor trascendencia pública y se instaló como parte de los debates que tienen lugar en el presente.

 

 

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