Un faro de 300 rondas

TEXTO Y FOTOGRAFÍAS PABLO RUSSO

 

 

El centro de Paraná estuvo concurrido en la tardecita del 10 de octubre. Quienes iban y venían por la peatonal entre negocios ofertando productos por el día de la madre se encontraban con la concentración de la Coordinadora Basta es Basta, que para su ronda número 300 decidió cambiar de formato y preludiar con una marcha desde plaza de Mayo hasta plaza Mansilla.

 

 

La representación de la muerte -cuya máscara portaba un músico- levantaba en alto su cartel que decía «No a los agrotóxicos» en cada corte de semáforo. Cerca del pasacalles «Paren de fumigar», que encabeza habitualmente el acto, el puesto de Javier Milei contrastaba con las banderas rojas de uno de los partidos políticos que acompañaron la manifestación. Desde las 6 de la tarde se fue convocando la gente, que se saludaba entre abrazos y mates a medida que se iba sumando, alzando pancartas o calzando un disfraz fantasmal -resabio del Dia Mundial contra Monsanto, movida previa al Basta es Basta, de la que participaba el Foro Ecologista de Paraná-. «Agua y aire sin venenos», «Entre Ríos sí, Entre Venenos no»; «Agrotóxicos matan, la indiferencia también», eran algunos de estos mensajes.

Un centenar de personas comenzaron a caminar por San Martín con dirección al río pasadas las 7 de la tarde. Hubo alegría por el encuentro, aunque no celebración por el reclamo. El número redondo, se sabe, convoca más que las semanas rutinarias en las que a veces 4 o 5 activistas y otras 20 o 30, sostienen la lucha y la acción en el espacio público. «Cuando empezamos, en enero de 2018 sabíamos que iba a ser largo, pero teníamos esperanza de que no», le dijo Daniela Verzeñassi, del Foro Ecologista, a 170 Escalones. «Esto es reforzar los que arrancamos 300 martes atrás, reclamando un cambio de modelo productivo en la provincia, y que dejaran de enfermar nuestros territorios y nuestro primer territorio que son los cuerpos. Fueron más de cinco años y medio que nos perdimos la posibilidad como entrerrianos de haber comenzado un proceso de transición. No solo que eso no ocurrió, sino que se intensificó este modelo en Entre Ríos, en el país y en el mundo», agregó.

 

 

En todo este tiempo, la Coordinadora nunca fue recibida por el gobernador Gustavo Bordet, a pesar de que en varias ocasiones pidieron reuniones por mesa de entradas de Casa de Gobierno. Solamente se les ofreció un espacio de diálogo con el secretario de Ambiente. «Creemos que más allá de la ronda y la Coordinadora Basta es Basta, si miramos para atrás hace unos años éramos los locos que planteábamos estas cuestiones; hoy esta demostrado por la ciencia y un porcentaje importante de la gente entiende y está preocupada por lo que está pasando», planteó Daniela, que relacionó esa inquietud con la búsqueda cada vez mayor de alimentos sin venenos para el consumo. «La cantidad de experiencias de productores que se han volcado hacia la agroecología, tanto en nuestra provincia como en el resto del mundo, da cuenta de ello», afirmó.

La columna bajó cantando por la peatonal -a diferencia de la ronda habitual que luego se desarrolló con las velas encendidas y en silencio-, y las consignas se mezclaban con la música de algunos locales o el gimnasio de la última cuadra antes de plaza Alvear. «No queremos ser un pueblo fumigado, hay alternativa: agroecología»; «Con un pueblo que camina para adelante y un gobierno que camina para atrás, hay que ver a este gobierno, hay que ver las vueltas que da», se entonaba con un altavoz. Un trombón era el único instrumento en la acción.

 

 

«Creo que cada pacito que damos en la ronda siempre avanzamos un poquito más, porque hay alguien que se entera de la problemática, o que la sufre y encuentra un lugar de expresión», indicó Nadia Burgos, de la Red Ecosocialista. «Si bien estamos en un contexto en el cual parece que todo vine en contra, la realidad es que por abajo del poder político se está entretejiendo una resistencia muy grande de un montón de productores y gente que quiere volver a habitar el campo desde una perspectiva mucho más cercana a la naturaleza y a la creación de alimentos sanos, de resguardo del suelo, de los territorios y de la salud. La ronda de los martes es un faro que dice “estamos acá, podemos luchar por esto y podemos ir dando estos pasos”, tan necesarios en un contexto de crisis climática profunda como la que estamos viviendo», añadió.

Una vez que la manifestación llegó a Laprida, giró a la izquierda ocupando toda la calle sin tránsito ordenado por ningún funcionario, durante dos cuadras hasta plaza Mansilla. Para las siete y cuarto de la tarde, hora habitual de la ronda, se estaban encendiendo y repartiendo las velas para caminar por Santa Fe hasta Alameda de la Federación y luego por Córdoba de regreso hasta Laprida, para la foto y el cierre habitual cerca de la entrada principal a la casa gris. «La perdurabilidad de esta ronda no me la imaginaba, La persistencia no es fácil, son pocas personas. Es maravilloso que muchos de los que siempre están puedan seguir y que nunca decaiga esta lucha», opinó Aldana Sacia, integrante de la Coordinadora. «Los avances políticos no avizoran modificaciones, se va a continuar por lo tanto hasta que se declare riesgosa la actividad que conlleva la propagación de sustancias nocivas para los humanos», señaló la abogada ambientalista, que identificó avances en cuanto a la discusión social y al debate público, pero no en la órbita política.

 

 

La ronda tuvo que afinarse y compartir calzada con los vehículos al discurrir por Santa Fe, por los arreglos de obra en ese lateral de la Casa de Gobierno. Lo mismo ocurrió al rodear la plaza trasera, también en remodelación. Recién en Córdoba, al pasar México, se retoma la vereda hasta el punto de partida, donde aguardan otros y otras sin tantas fuerzas físicas pero acompañando desde la explanada en la que también patinan y andan en bici unos gurises.

 

 

«Agradecernos a todos por sostener todos los martes la ronda. A veces se nos hace muy difícil. Por suerte tenemos a Kity, nuestra rondera oficial que está todos los martes presente y juntando firmas y es un ejemplo de esta lucha que nos aúna», cerró Daniela Verzeñassi megáfono en mano, refiriéndose a la campaña que busca recolectar el 2% de firmas del padrón electoral entrerriano para que los legisladores traten un proyecto de ley referido respecto a las fumigaciones.

La ronda de los martes marcó sus 300 giros y promete seguir la lucha hasta que el paradigma productivo respete la vida.

 

 

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