11 de diciembre de 2024

El precio de la libertad

TEXTO 170 ESCALONES

 

 

La película elegida para la Función de Apertura del Festival Internacional de Cine de Entre Ríos (FICER) es Los delincuentes (2023), escrita y dirigida por Rodrigo Moreno, será la Función Apertura del 5° Festival Internacional de Cine de Entre Ríos (FICER). El director estará presente para conversar con el público sobre este largometraje aclamado en importantes festivales internacionales, que tendrá su estreno comercial en octubre próximo. La proyección será este miércoles 6 a las 20 en el primer piso del Centro Provincial de Convenciones.

 

 

En Los delincuentes, Morán y Román son dos empleados de banco. Uno de ellos se cuestiona la vida rutinaria que llevan adelante y encuentra una solución: cometer un delito. De alguna manera lo logra y compromete su destino al de su compañero. Esta decisión llevará a ambos a un cambio rotundo en sus vidas en busca de una existencia mejor. Actúan Daniel Elías, Esteban Bigliardi, Margarita Molfino, Germán de Silva, Laura Paredes, Mariana Chaud, Cecilia Rainero, Javier Zoro Sutton y Gabriela Saidon.

La historia tiene una primera mitad que puede vincularse, sobre todo, al viejo cine americano de género: en la música, en algunos encuadres, en ideas de fotografía y en decisiones de montaje. La segunda parte deriva en otras búsquedas existencialistas y filosóficas (el tiempo, la libertad) en la que cobran peso los estados de ánimo de los personajes. «Es una película que tiene elementos de género de atracos, como se dice comúnmente, y al mismo tiempo se despega de eso. Son varias películas en una. Por eso la duración un poco extrema (tres horas), porque va circulando por diferentes humores, por lo tanto, por diferentes géneros», describió Moreno.

«El punto de partida es Apenas un delincuente, cinta policíaca argentina dirigida por Hugo Fregonese en 1949. Es una película muy buena e importante del cine nacional, funciona un poco como excusa, como disparador, para empezar algo, deformarla y seguir hacia otras zonas diferentes», compartió el director.

 

 

 

El guion, el rodaje y los actores

El rodaje de Los delincuentes comenzó en 2018 y si bien se filmó en nueve semanas, estas fueron distribuidas en casi cinco años. En marzo de 2020, por ejemplo, estaban en Córdoba en pleno set cuando se declaró la restricción por el Covid 19. «Tuvimos que suspender y volver por una ruta desierta de regreso a nuestros hogares», recordó Moreno. «Durante ese período de pandemia estuve editando mucho, solo en mi casa, dándole vueltas al guion, que siempre fue modificado, hasta ultimísimo momento, poco antes de terminarla la cambié en el montaje», indicó respecto a las transformaciones de la historia durante todo el proceso. «Eso tiene que ver con el formato de producción que había pensado de entrada: filmarla por bloques. Pero con la pandemia, los problemas de presupuesto y la agenda de los actores, esos bloques fueron espaciados más de la cuenta. Al mismo tiempo, nunca me peleé con esa idea, más bien fui acompañando esas dificultades. Aprendí eso también, con los años», confesó Moreno.

Entre esos cambios, el director y guionista tuvo que tomar decisiones respecto a las señales de la pandemia: «¿La adopto, la incluyo? Opté por olvidarme de eso. Los delincuentes tiene una temporalidad muy particular, es actual pero está plagada de elementos que la vuelven atemporal y la realidad está allí. Filmo mucho en la calle y hay escenas que son documentales, gente con barbijo, otros que no. Es un modo de relacionarse con la realidad. En mis películas no me preocupa si alguien mira a cámara o tiene barbijo. No creo que le deba algún tipo de explicación al espectador por cometer esos actos», señaló.

Esa atemporalidad también se expresa en las pocas señales de tecnología contemporánea que se ven en pantalla, como celulares o computadoras. «No me interesan visualmente esos objetos y tampoco resolver escenas a través de ellos», subrayó el realizador. «No solo no me atraía, sino que me gustaba también que el personaje de Garrincha (Germán de Silva) en la cárcel tuviera todo ese discurso acerca del tiempo en el que vivimos apresados de la pantalla. Creo que eso es notorio, la experiencia vital se reduce cada vez más. Entonces, en una película que cuenta de alguna manera la relación esclavizante que se tiene con el trabajo, con el tiempo. Me parecía que estaba bien que alguien que está dentro de una cárcel notara otras formas de la esclavitud», fundamentó.

Consultado sobre el desarrollo de la psicología de sus personajes, Moreno comentó que no le interesa esa zona de la escritura ni de la representación. «Trabajo siempre con un guion, no me gustan las improvisaciones, en todo caso en los ensayos suelto un poco a los actores para que improvisen y de ahí escribo. Pero siempre lo que los actores pronuncian es texto. Y no es un guion cerrado, justamente el hecho de realizarla a lo largo de cinco años me permitió reescribirla permanentemente y actualizarla», amplió. La posibilidad de filmar en etapas, aseguró, permitió hacer guion, escritura, rodaje y montaje al mismo tiempo: «Creo que eso, esa frescura o esa fuerza, benefician el trabajo del montaje, de la dirección y de la escritura», contó. Respecto a la selección de actores y actrices, indicó que no provienen de un casting. «Nunca hago casting, me parece una situación de aberración la exposición del actor frente a la evaluación. Nada bueno puede surgir de eso, creo yo, en mi caso», afirmó.

Los actores y actrices son personas con las que Moreno quería trabajar o con las que ya había trabajado, como el pequeño cuerpo de actores conformado por Esteban Bigliardi, Cecilia Rainero y Germán de Silva, que aparecen en sus películas anteriores. «En los actores no busco tanto su capacidad histriónica como lo que son como personas. Me parece que la mirada de un actor es la mirada de una persona, me interesa más juntarme a charlar, a tomar un café, haberse conocido en una reunión, una fiesta, un estreno, y después seguir en algún tipo de complicidad», explicó.

 

Universos a filmar

Los delincuentes prueba que, en todo, caso es posible escapar de una existencia monótona y gris, aseveró su director. «Un personaje toma una decisión, entonces es una película alrededor de una decisión que implica un cambio de vida y no solo en él, finalmente termina también en su compañero de aventuras», sintetizó. En ese sentido, Moreno piensa en los universos que le interesa filmar, como el del trabajo bancario: «Un banco me resulta atractivo; la actividad, la ocupación, contar dinero ajeno, gente que está todo el tiempo con fajos de guita que no le pertenecen. ¿Cómo es esa relación? Tenía ganas de filmar eso, las rutinas, los procedimientos, los protocolos de la caja fuerte. Me resulta cinematográficamente seductor. Que eso, además, ofrezca para una película la posibilidad de un escape y abrirse a la vida silvestre, me resultaba atractivo», relató.

 

 

Lo poético en el film

Una dimensión que aporta a los humores y estados de los personajes de Los delincuentes y, a la vez, agrega sentidos a la narración, es la lectura de dos autores de origen entrerriano durante diferentes escenas: Ricardo Zelarrayán y Juan L. Ortiz. «Fue una coincidencia. Se trata de elecciones que tenían que ver más con poesía que yo estaba leyendo en ese momento y decidí incorporar», remarcó Moreno. «Me gustaba la idea de que la cárcel no fuera representada de un modo tumbero, que es un poco como nos tiene acostumbrada cierta representación del cine y las series. Se muestra de una sola manera, bajo una idea probablemente realista. No tenía esa ambición y me gustaba que el paso de Morán por la cárcel fuera a través de un taller de poesía que, por otro lado, existen», detalló.

«Los poemas no tienen un sentido directo con lo que se está contando, el hecho de que participen de la película puede generar un tercer sentido que hay que descubrir, que tengo que descubrir yo también», manifestó el director. «Algo de eso es interesante, no tener la voluntad de “voy a poner un poema que quiera decir esto”, sino proponerlo como un hecho poético en sí, simplemente la inserción del poema en una narración de cine», reveló.

 

Que la película dure

Moreno, que nació en 1972, estudió en la Universidad del Cine (Buenos Aires) donde da clases de dirección. Muchas de sus películas participaron de festivales internacionales. Escribió y dirigió su primer cortometraje, Nosotros, en 1993. Codirigió Mala época (1998), junto a Mariano de Rosa y Salvador Roselli; y El descanso (2002), junto a Ulises Rosell y Andrés Tambornino. Realizó El custodio (2006); Un mundo misterioso (2011); y Réimon (2012). Los delincuentes fue seleccionada para participar en la sección oficial en competencia de Un Certain Regard en el Festival Internacional de Cine de Cannes de 2023, formó parte del Festival Internacional de Cine de Nueva York de 2023 y del Festival Internacional de Cine de Toronto del mismo año. Luego de su paso por el FICER, tendrá su estreno en la 71° edición del Festival de San Sebastián, en España.

Sobre su participación en el festival entrerriano, Moreno ilustró: «Lo que me entusiasmó de entrada fueron los llamados que recibí de los programadores, dos cineastas que respeto y admiro como Maxi Schonfeld y Eduardo Crespo. La devolución que me hicieron de la película es un lujo. Es algo muy excepcional que un programador sea un cineasta -en general son críticos- y que sean esos dos, con el compromiso que tienen por Entre Ríos, haciendo cine desde ahí con repercusión en todo mundo. Te da mucho entusiasmo de participar y de estar». Respecto a la función de este miércoles en el CPC, dijo: «Me gusta que la película deje algún tipo de impresión en las personas, es eso lo que uno persigue. Quisiera que en el FICER pase lo mismo».

 

 

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