TEXTO Y FOTOGRAFÍAS PABLO RUSSO
Desde el sótano abovedado de una vieja construcción en pleno centro paranaense, las representaciones gráficas y de fotografía expandida del rostro de Simón Radowitzky interpelan, con su mirada sin concesiones, al grupo de personas reunidas que, copa en mano, celebran su transformación en obra de arte. Sobre los muros del local de ERate, en el subsuelo de la Galería Flamingo -San Martín 902-, acompañan al joven ácrata otros presos políticos que han sabido gambetear al sistema carcelario durante el siglo XX, en el extremo sur argentino: los radicales confinados luego del golpe de Estado de José Uriburu en septiembre de 1930; y los peronistas que, en 1956, durante la dictadura de la Libertadora, escaparon de Río Gallegos. Entre ellos: Héctor Cámpora, John William Cooke, Guillermo Patricio Kelly y Jorge Antonio. La muestra que los reúne se denomina Sueños de fuga, un experimento en modo gráfico de Guillermo Hennekens, quien convidó al artista audiovisual Pablo Zubizarreta y al fotógrafo experimental Ivo Betti para esta experiencia colectiva inaugurada en la noche del jueves 15 de mayo.
Luego de las palabras de apertura a cargo de Amilcar Damonte, Hennekens y Juan Manuel Giménez, se proyectaron visuales de Zubizarreta, quien ambientó en vivo esas imágenes con sintetizadores. Luego, al momento del brindis, irrumpió Andrés Leiva junto a Felipe Sato quienes, caraterizados como inmigrantes del siglo pasado, interpretaron dos canciones anarquistas («Milonga Social» del Payador Libertario y «No somos nada» de la Polla Records) acompañados de guitarra y acordeón. El señor de las luces en este montaje es Sergio Fabri, y Daniel Glinberg colaboró con los textos que acompañan las obras.
La muestra es una reformulación de dos momentos anteriores: 2022 y 2023, en los que Hennekens, como integrante del Centro de Edición en Litografía, participó de exposiciones colectivas en el Museo Marítimo y del Presidio de Ushuaia, en Tierra del Fuego. En la primera, tomando como eje -y aprovechando- el territorio (celdas de pabellón), eligió el tema de los sueños y utopías de los presos políticos. Al año siguiente, su tema fue la fuga. Hoy, en Paraná, combina ambos luego de la invitación de Damonte para exponer en su galería. «Retomé la idea y armamos un trabajo colectivo con Pablo Zubizarreta en lo audiovisual y la cuestión sonora, y un amigo reciente, Ivo Betti, que a través de un curso que hice con él de fotografía expandida y transferencia pudimos aprovechar fotos y documentos históricos de estas tres fugas para aplicarlos a objetos y materiales que normalmente ni en la fotografía ni el grabado aparecen. El cruce es entre el grabado, la imagen fotográfica, la historia y el audiovisual», le comenta Hennekens a 170 Escalones, durante el montaje del espacio. «La idea es abrir el juego de las utopías, de las potencias que implican las ideologías en la lucha, justo en estos tiempos. Cada uno con su registro político aparece acá en la dimensión que tiene que aparecer. Y la fuga implica también una rebeldía y lucha por la libertad, curiosamente hoy una palabra muy en disputa por sectores que entendemos opuestos a esa idea», fundamentó el artista. «Es una apuesta. Podemos hablar también de grabado expandido o de imagen audiovisual expandida en un sentido plástico o de videoarte; hay distintos lenguajes que pueden entenderse como diferentes a lo que uno normalmente puede encontrar en una exposición de arte plástica», completó.
El trabajo de Hennekens se centró en una serie de grabados intervenidos, con técnicas mixtas y litográficas, a las que sumó las intervenciones fotográficas de cianotipias, clorofila y las transferencias sobre grabados y fotografías en distintos objetos como madera, adoquín, vidrio y cerámica. También aparece el lienzo en uniformes intervenidos con cianotipia. «Hoy, en general, hay muchas miradas en las artes visuales que tienen que ver con historias más pequeñas, cotidianas quizá, de lo íntimo, lo propio, y eso refleja el mundo en el que vivimos. Acá hay una mirada más clásica en la que planteamos una relectura sobre el significado de la libertad y la uotpía», señaló el artista, quien opinó que en general el arte se está moviendo en Paraná: «se vio en la Sala Mayor, en la feria, hubo muchísima gente con un interés específico y se trabajó muy bien; obviamente, son tiempos difíciles para comprar y consumir». En este sentido, en sus palabras de apertura, Damonte recordó que toda la obra expuesta está a la venta. Radowitzky tiene precio, pero solamente en su reproducción artística.
Betti, por su parte, se centró en fotografía expandida, cianotipia sobre tela, bastidor, ropa y vidrio en pequeño formato. «Trabajé acompañando la idea de Guille, como un apéndice de la obra que es mucho más amplia, experimentando en estos soportes y tomando como figura central un retrato de Simón y otro de Salvadora Onrubia, en acetato, para generar una imagen fotográfica», dijo Ivo, quien además trabaja con clorotipas (impresiones fotográficas usando como emulsión fotosensible la clorofila de las hojas, es decir, fotografías sobre hojas, con positivos en acetato). Desde lo conceptual, este fotógrafo experimental paranaense juega con la prueba y el error. «Casi todos mis trabajos van por ahí: encontrar cierta particularidad en alguna imagen a partir de un error posible o eventual que surja en ja experimentación de laboratorio. Al contrario de buscar perfección en el método, voy trato de aprender una técnica y a la vez olvidarme la forma de utilizarla para descubrir cosas nuevas. La fotografía, habitualmente, busca la perfección en la imagen; mi indagación es inversa, trata de encontrar algo que le de originalidad a la obra, eso es lo que me gusta de este trabajo de exploración con estas técnicas», explicó.
En el caso de Pablo Zubizarreta, comenzó participando del diseño sonoro, con texturas y capas a partir de conceptos de música ambient, con base en cierta etapa de la música electrónica alemana e influencias contemporáneas y cinematográficas. Armonías vinculadas al encierro, al claustro, sonidos estridentes y ruidosos a los que le sumó las imágenes realizadas a partir de la observación de la obra y la interacción con colores y trazos. Anarquistas, feministas y pueblos originarios conviven en la obra audiovisual. «Desde ese lado viene el sonido más tribal, con movimientos rítmicos y tambores mezclados con las imágenes en las que el encierro me sugirió colores tales como el rojo, pasajes que tienen que ver con lo blanco y cuestiones de negro», contó sobre el desarrollo del collage.
Hennekens subrayó el carácter humano que atraviesa la exposición. El profesor Juan Manuel Giménez, en su diálogo con la obra, resaltó en cambio su dimensión política. Agradeció al artista que ofrece qué ver, pero también qué pensar. Habló del significante robado: la libertad. «La lucha por el sentido de ese significante es lo que nos inquieta. Quizá, dese la historia de Simón hasta nuestros días, sea el sueño de la lucha por el sentido de ese significante lo que nos inquieta. La convicción y la dignidad de los espíritus rebeldes alimentan este sueño. Detrás de todo sueño de fuga hay un fuerte deseo de liberación. Va imperando un ethos para el que la libertad se dice liberación. Hoy, frente a la naturalización del estado de las cosas y su declarada crueldad, la propuesta desde este subsuelo nos permite sentir que en el sustrato de nuestra cultura política hay nutrientes emancipatorios», fundamentó. La exposición Sueños de fuga se podrá visitar durante unos veinte días en la galería ERarte, en el subsuelo.
Si te interesa lo que hacemos, podés suscribirte a la revista o convidarnos un matecito