TEXTO FRANCO GIORDA*
FOTOGRAFÍAS MATILDA
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El dúo Matilda, integrado por Juan Manuel Godoy e Ignacio Molinos, lanzó recientemente su disco Imaginario Popular. Se trata de una obra en el que se recrean múltiples vertientes musicales desde una perspectiva electropop. Las fuentes a las que apelan corresponde a lo que escucharon durante sus infancias tanto en sus casas como en sus barrios, en la televisión o en la radio. De este modo, las nueve canciones que componen la placa están conectadas a partir de una coherencia que permite asumir el trabajo como una totalidad antes que como una recopilación de singles.
La agrupación, oriunda de Rosario, tiene una larga relación con el público de Paraná con el que se volverá a encontrar este viernes en la presentación de su nueva producción. La reunión tendrá lugar en La Vieja Usina (Gregoria Matorras 861) desde las 21.
Las flamantes composiciones enriquecen el universo de Matilda en el que la libertad es propuesta como el sentido mismo de la vida. Las letras plantean búsquedas existencialistas por fuera de las fórmulas, los mandatos y las jerarquías. La invitación es revisar las propias certezas para poner en tensión la relación con lo establecido y el violento convencionalismo.
En este marco, la música es un estímulo para sumergirse sin temor en una dialéctica vital y el baile es concebido como un acto político. El romanticismo, lo normal y las tradiciones son asumidos como una opresión de la que hay que liberarse con nuevos besos y un nuevo tipo de amor. En consonancia con lo anterior, hay un afectivo homenaje a Federico Moura.
Antes del recital que darán este viernes a las en La Vieja Usina, Juan Manuel, el vocalista de la agrupación, respondió algunas preguntas de 170 Escalones.
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¿Cómo fue el proceso creativo de Imaginario Popular?
Teníamos una necesidad de volver a conectarnos con las primeras músicas que habíamos escuchado en nuestra infancia o adolescencia; esas canciones que uno va adquiriendo de manera inconsciente: los cantantes melódicos que escuchaban nuestras madres, los discos de rock y pop que le pispeabamos a algún hermano o amigo mayor, o la cumbia que nos llegaba del parlante de algún vecino. Canciones que por alguna cuestión se volvieron universales. Eso fue el puntapié para hacer nuestras propias canciones en esta ocasión. Tratamos de componer y producir con ese norte; intentar que las canciones sean un artefacto amplio que pueda ser permeable para cualquier persona, y, así, salir del nicho propio.
En relación a esos estilos musicales ¿cómo fue que exploraron esos terrenos y tomaron la decisión de incluirlos?
Con el paso del tiempo uno comprende que la música es un terreno muy vasto, rico y casi infinito y hemos tenido la suerte de poder ir descubriendo diferentes géneros y ritmos. Muy respetuosamente vamos incorporando cosas que nos parecen interesantes introducir en nuestras canciones.
¿Para componer las canciones mantienen un método o se da, más bien, de una manera asistemática?
Trabajamos juntos desde hace 18 años y fuimos encontrando nuestros roles dentro del proyecto y una manera de trabajar que suele ser siempre la misma. Generalmente yo compongo las melodías de voz y las letras de las canciones y luego, conjuntamente, vamos produciendo el tema. Ignacio es el encargado también de la mezcla y el mastering de los discos.
Al momento de la grabación, ¿apelan a la escucha de otros o es un proceso del dúo en solitario?
La producción del disco es un trabajo que hacemos en solitario; obviamente que a medida que el disco avanza lo vamos mostrando al círculo íntimo. Quizá la producción del disco es uno de los momentos que más disfrutamos del proceso creativo y se nos hace imposible pensar en ceder eso.
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¿Cómo es la transición de armar el disco y después tocarlo en vivo?
Nosotros no somos de tocar temas inéditos en nuestros recitales. Preferimos comenzar a tocarlos después de que editamos el disco. Las canciones tienen otra fluidez una vez que comenzás a exponerlas al vivo, nos vamos dando cuenta de los detalles, qué cosas hay que reforzar, cuales son los temas que prenden mejor. Se van asentando con el tiempo como los autos… (risas)
Desde hace varios años se presentan en Paraná donde suelen tener muy buena recepción ¿a qué atribuyen este vínculo con el público de la ciudad?
A Paraná vinimos por primera vez, más o menos, en 2005. El colectivo artístico Macedonia que integraban Maxi Sanguinetti y otres más nos invitó a tocar a una de sus fiestas y desde allí fuimos generando un círculo de amistad que se fue agrandando con cada visita. Por otro lado, sentimos que el público en Paraná es muy receptivo y atento; nos hacen sentir muy cómodos cuando venimos.
Los escuchan diferentes generaciones ¿por qué creen que se da esta situación?
Quizá la respuesta a esto tiene que ver con la primera pregunta que hiciste. Intentamos que nuestras canciones sean amplias y abiertas, no dejar a nadie afuera, obviamente que siempre lo vamos a hacer según nuestras convicciones artísticas. Por otro lado, somos permeables a nuevas ideas, tratamos de ser personas contemporáneas al tiempo que nos toca vivir, descreemos de aquella idea de que todo tiempo pasado fue mejor.
A lo largo de toda su obra aparecen referencias, por ejemplo, a Borges o a Sartre ¿cómo conciben la relación de las canciones con la literatura o la filosofía?
Me gusta ir recolectando ideas que me parecen interesantes o novedosas y convertirlas en letras de canciones. Si bien me gusta leer, no soy un erudito ni muchísimo menos. Creo que la canción pop es un vehículo muy poderoso a la hora de transmitir ideas. De hecho, la premisa fundacional de nuestro proyecto tiene que ver con eso, hacer canciones bailables y entretenidas y que además contengan un mensaje que interpele, que nos corra de la zona de confort.
¿Cómo piensan el vínculo entre su música y la política?
Todo acto es político y un acto artístico lo es mucho más. Nuestras canciones están cargadas de ideas políticas, no necesariamente partidarias, pero no por eso neutras. No nos sentimos capacitados como hacer declaraciones políticas extra musicales, hay que gente si lo hace y lo sabe hacer bien. En nuestro caso particular preferimos expresar esas ideas a través de las canciones.
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En este enlace se puede acceder al video del tema Anti romántico del último disco de Matilda, Imaginario Popular.
El recital contará con Maia Basso, EmiliaNO y Desi Deé como artistas invitados. El valor de las entradas anticipadas es de 200 pesos; éstas son consiguen en Music Store (Gualeguaychú 442, Paraná) y en Librería Ferrovía (9 de julio 3137, Santa Fe). Los menores de 18 años tienen pase libre.
*Integrante del PID 3181 (FCEDU / UNER) «Escenas de la música urbana. Experiencias históricas y actuales del rock-pop en Paraná»