TEXTO FRANCO GIORDA*
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A las condiciones estructurales que dificultan el desarrollo expresivo, la pandemia agregó la imposibilidad de reunirse para llevar a cabo hechos artísticos. Sin embargo, no fueron pocos los compositores ni pocas las compositoras que decidieron resolver la cuestión de manera remota y salir adelante con producciones musicales. En algunos casos, debieron concluir procesos que habían comenzado de manera presencial y, en otros, la gestación de discos o sencillos fue realizada íntegramente bajo las reglas del aislamiento. A través de registros en estudios hogareños y el intercambio de archivos lograron concretar temas, canciones e, incluso, videos. En esta nota, se reúne el testimonio de cinco artistas; se trata de una muestra representativa de un grupo más amplio en el que otros y otras continúan trabajando para que la creatividad, a pesar de las dificultades y el escaso respaldo recibido, no decaiga en medio de la profunda crisis vigente.
Las modas es una propuesta artística de reciente aparición que, sin perder el formato de la canción, explora en innovadoras formas sonoras y logra una experiencia estética cautivante que transita tanto lo musical como lo visual. El grupo se formó en agosto de 2019 y está integrado por Adriano Demartini (bajo), Aitor Aramberry (voces), Victoria Ruíz Díaz (visuales), Enrique López (sintetizadores, baterías y coros) y Simón Fischbach (sintetizadores).
«El proyecto surgió a partir de unas zapadas en las que nos juntábamos con Aitor y Adriano. Queríamos experimentar con nuevos géneros musicales. Después se sumó el Flaco (Enrique) y Victoria. Compusimos tres o cuatro temas y salimos a tocar. Creo que en octubre fue la primera fecha. Llegó un momento en el que dijimos que estaría bueno grabar un disco medio a la antigua, conceptual y con temas largos. Entonces, en enero nos metimos a grabar en el estudio que el Flaco tenía en la casa en la que vivía en ese momento. Hicimos algunas tomas. Primeros con los esqueletos rítmicos y armónicos para después tirarle cosas arriba. En el medio de todo este proceso vino la pandemia. Habíamos alcanzado a terminar de grabar y restaba escucharlo, mezclarlo y por último mandarlo a masterizar», contó Fischbach a 170 escalones en relación a la gestación de la placa Fabric, que se publicó a principios de junio.
En cuanto a la labor que restaba, Simón dijo que «Aitor y el Flaco fueron haciendo el trabajo de producción a distancia. Toda la masterización la hicimos con Diego Warrior de un estudio de Buenos Aires. Tuvimos como diez o doce idas y vueltas del material. Una vez que estuvimos conformes, lo lanzamos».
Sobre la continuidad de la propuesta, Fischbach indicó que «lo interesante es que a partir de la publicación del disco entramos en una etapa en la que seguimos componiendo temas, pero sin poder juntarnos a ensayar. De esos, ya grabamos dos singles que en breve van a salir. La idea es que salgan con videos también. Todo lo hacemos mediante we tranfer».
Por otro lado, Simón afirmó: «como experiencia subjetiva es raro porque siempre que hice música, hasta ahora, la hice con otre. Cuando Spinetta sacó Un mañana, él contaba que muchos temas los hacía en colaboración con gente que no estaba presente ahí y que tenía que mandarles los archivos. Él decía que era fantástico esa experiencia de poder armar algo a la distancia. Siempre se me venía eso a la cabeza durante estos últimos tiempos que estuvimos laburando. Hace ocho años esto mismo era como re futurista. Nunca lo hubiese pensado, aunque hubiese tenido la posibilidad de hacerlo, hubiese preferido no hacerlo así. Ahora como no queda otra hay que adaptarse a la herramienta que te propone el contexto como para que la creatividad no muera, sobre todo cuando uno tiene un proyecto colectivo».
En relación a este mismo punto, agregó que «ahora que miro para atrás me doy cuenta que fue un acierto haber hecho todo lo necesario en cuanto a equipamiento y a cuestiones técnicas como para poder grabarme en mi casa. No es menor para un músico contar con un mínimo de equipamiento de home studio. Grabar en mi casa fue como abrir una puerta en un momento de oscuridad. Esto me alentó muchísimo a comenzar nuevos proyectos».
Jenny Ramírez es una artista prolífica que mantiene en simultáneo varios proyectos, tanto vinculados a la música electrónica y digital como a la música instrumental y analógica. Su mundo expresivo es amplio: explora los recursos sonoros del clarinete y también crea y fusiona sonidos y ritmos con sintetizadores, sequencers y máquinas que fabrica por sí misma. El aislamiento no afectó su pulsión y pudo realizar distintas producciones. De manera remota, con artistas de diferentes esferas, logró concretar una serie de piezas. Así lo cuenta ella: «saqué un single en colaboración con Krithi Rao que es de la India pero vive en Estados Unidos. Lo hicimos de manera virtual. Nos juntábamos cada sábado. Empezamos con un ejercicio que luego fue agarrando forma. La producción fue digital. Todo fue hecho con Ableton. Ella me ayudó con la mezcla. Krithi pertenece al colectivo Beatbygirlz. De ahí nos conocemos». El sencillo se llama Camino. El arte de tapa estuvo a cargo de Floriana Lazzaneo y el mastering lo realizó Juan Lorenzo Osorio.
A su vez, concretó, junto a Yamila Cabrera, Sinestésica Paraná. «Se trata de una producción multimedia que incluye imágenes, texto y música relacionadas al Paseo Jardín Marcelino Román. A partir de las fotos de Yami, yo compuse la creación sonora. La pieza también está en mi soundcloud», explicó Jenny.
Por otra parte, «hice un video en 360° en el estudio de mi casa. Fue una presentación en vivo de la cual seleccioné los fragmentos que más me gustaban y los reuní en un álbum de tres canciones. Es totalmente analógico. También está en mi bandcamp», señaló la artista colombiana con residencia en Paraná desde 2014. El disco se llama Tejido.
Finalmente, Jenny participó de Rumi, una producción de videopoemas efectuada para el lanzamiento del libro homónimo de Rocío Fernández Doval, publicado por Ana Editorial. La realización del audiovisual fue obra de Floriana Lazzaneo. Todo «fue hecho en el marco de esta pandemia y a distancia», subrayó la música.
Por su parte, el rapero Big Nacho hizo público un video de su sencillo Madrugando. En este caso, el tema fue compuesto en plena cuarentena por lo que la cuestión del aislamiento y el distanciamiento están representados en la letra. «Desde que empezó la cuarentena tenía ganas de no quedarme dormido porque venía tocando muy seguido con un par de fechas copadas y se me murió todo. Estuve bajón porque al principio quería que esto se termine ya. Con el tiempo me fui acostumbrando y así surgió la idea de hacer un mixtape. Hablé con Juan Martínez y él se prendió para hacer un par de bases. Por mi parte, venía escuchando mucho indie y mucho pop como Miranda o Cupido, que es una banda de indie española. Entonces, un día le pasé una maqueta de lo que más o menos quería. Él tenía una del estilo y me la pasó. Fue algo super nuevo para mí porque yo venía haciendo mucho rap y boom bap. También me estaba encontrando con muchos sentimientos. Quería expresar cómo nos afecta a las personas todo este contexto; no solo en una relación sino también en el extrañar a tu gente, a tus amigues, a tu familia. Entonces, escribí eso que habla de extrañar a alguien, de querer ir a verlo, de que la policía te hace un acta», dice Big Nacho en relación al proceso creativo del single.
Su propósito no solo era hacer la canción sino también un video. «Hicimos cuatro sesiones de grabación hasta que encontré la onda que quería. Después lo fuimos produciendo y lo hablé al Nacho Vandal que conozco hace años de la movida. Él es filmmaker y hace tremendos videos. Al principio la idea era que yo aparezca solo pero después pensé que estaría piola que aparezcan mis amigues porque se trata de extrañar a mi gente. También pensé que estaría copado que sea en la 693 que es una casa cultural que ayuda mucho a los artistas autogestionados. Nos pusimos a cranear con Juli D’Giovanni y Pablito Olguín que trabajan conmigo en la 693. Así pudimos conseguir un par de sponsors que nos hicieron el aguante, por ejemplo, Balconada nos dio 30 litros de cerveza artesanal o SMK que me dieron la visera» explicó el vocalista. La producción, se conoció el 30 de julio y a la semana tenía más de 3 mil visitas.
Javier Solari, artista mulfacético, había llegado a Paraná algunos meses antes de la pandemia. Estaba de paso, para volver a España, donde estaba viviendo. La cuestión es que la restricción de viajar lo ancló a esta capital, pero eso no detuvo su fluir creativo. Así fue que hace pocos días dio a conocer Meditamela, una canción para la cual también hizo un video que tiene la impronta del encierro. «El tema lo empecé a grabar en Alicante y lo terminé en Paraná. Es parte de una producción que saldrá pronto donde participan varios músicos. Se me ocurrió el video y la mayoría de la gente se autodirigió, jugó y creo que la pasó bien. A algunas personas de las que participaron les hice algunas indicaciones. La idea era que cada uno se divirtiera así que también fue muy libre. Como hice una convocatoria, hay gente que mandó su video que no conozco. No son todas amistadas. Cada uno se filmó a sí mismo. La propuesta era que estuviera presente lo de la pandemia y la manera en cómo se estaban manifestando las cosas. Me pareció una idea atractiva en cuanto a la imagen, la versatilidad y la expresividad de cada uno».
En cuanto al modo en que fue realizado, Solari indicó que «lo monté yo. Todo lo que me enviaron está. Si se escapó algún video es porque fue complicado bajarlos todos por el tema de internet. Me ayudó Patricio Toscano. Me gustó cómo quedó y los que participaron hicieron lo que tuvieron ganas. Quedó bien compaginado. Estoy muy conforme».
Además de Javier en la guitarra y la voz, también participan en la ejecución musical Matías Mormandi, en teclados, y Chelo Romero, en percusión. El tema y la producción audiovisual pertenecen al proyecto Música de mierda en el que se combina música, performance y teatro. En total contiene siete tracks y verá la luz en forma completa en las próximas semanas. Entre otros músicos, también participan Mateo Oviedo, Maxi Boyero, Alba Cantos, Judit Aliaga Najar y Boris Garcés. Hasta el momento, además del mencionado, se conocen otros dos videos grabados en vivo en Alicante; uno es El enano y otro es La rumba de la vicivoladora.
Otra banda que publicó disco durante la pandemia fue Bombatómika. La placa lleva por título Radiactivo y es el segundo de la agrupación. En esta producción se aprecia la madurez de la propuesta, producto del trabajo constante llevado adelante a lo largo de varios años en los que han sabido cultivar el punk con personalidad definida. La propuesta es ajustada en toda su expresión. Uno de los componentes que la destaca son los vientos.
El cantante, Adrián López, contó que «nosotros grabamos las maquetas del disco a mediados de 2019. Para noviembre teníamos grabado todo: batería, voces, vientos, guitarras y bajo. Empezamos a mezclar en diciembre y en enero largamos el primer adelanto. En febrero sacamos un segundo tema. El 20 de marzo de pudrió todo con la cuarentena y nosotros teníamos el 85% del disco liquidado. Cuando vimos que la cosa no se resumía a 15 días decidimos terminarlo por Whatsapp y nubes de Gmail» narró.
Bajo el contexto señalado, «le pedimos al productor, Lucho Motalli, que termine de mezclar los temas con algunas recomendaciones nuestras. Nos exportó las canciones por Whatsapp en los formatos correspondientes; las escuchamos, las comentamos y le pedimos dos o tres cositas más. Por ejemplo, que suba un poquito más la viola cuando abre el hi hat o que las voces estén un poquito más arriba de las guitarras. A los 20 días de la cuarentena lo terminamos».
En paralelo a la grabación, Lucho Estábile, hizo la portada del disco. «En un momento, especulamos a que termine todo para esperar a presentarlo como corresponde. Después vimos que esto no iba a terminar pronto y que había mucha gente escuchando música en las redes sociales. Entonces, decidimos largar el disco entero para que gire, que circule, que se escuche. Lo empezamos a mandar a las radios y a dar notas. Ese proceso estuvo muy bueno» explicó Adrián a este medio.
El presupuesto para la grabación surgió de lo recaudado en los conciertos. «Entre 2018 y 2019 hicimos unos seis o siete recitales que nos permitieron reunir un fondo común. Toda esa plata se volcó al disco. Hubo un momento en el que tuvimos que poner menos de 1000 pesos cada uno. También hicimos una venta de remeras y viseras que nos dio un empujoncito para liquidar el asunto». La grabación se llevó a cabo en los estudios Hell’s kitchen y Escape of frecuencies. La banda se completa con Norberto Salvador (bajo), Sebastián Vera (guitarra), Lao Pasutti (trombón), Tano Galliusi (saxo), Bruno Mercado (trompeta) y Federico Bourdin (batería). Los dos discos producidos hasta el momento se pueden escuchar en youtube y en spotify.
El arte y la cultura están dentro de las áreas más castigadas y, sin embargo, son parte de las acciones más saludables que tiene la humanidad para salvarse. Aquí están reunidas las voces de aquellos que lograron llevar adelante procesos creativos en Paraná. No hay que perder de vista que muchos otros y otras artistas, dadas las características de su trabajo, no han podido seguir desarrollándose en medio de la pandemia y la falta de presupuesto.
*Integrante del PID 3181 (FCEDU / UNER) “Escenas de la música urbana. Experiencias históricas y actuales del rock-pop en Paraná”