Silvia Wollert presente en FTS

TEXTO Y FOTOGRAFÍAS PABLO RUSSO

 

 

La imagen de Silvia Wollert fue tomando forma lentamente a partir del calado de pequeños puntos en una gran impresión. La hoja se transformó así en una plantilla que fue estampada el lunes 24 de abril como parte del mural colaborativo en conmemoración a esta estudiante de la Facultad de Trabajo Social (FTS) de la UNER, detenida desaparecida por la última dictadura militar argentina.

La obra, coordinada por el grupo de artistas Paraná Pinta, es una iniciativa de la Facultad que se concretó, entre el jueves 20 y el martes 25, en una de las aulas nuevas de la sede central, en Brown 54. El proyecto fue impulsado por la Secretaría de Extensión y Cultura de la unidad académica y tiene por objetivo representar la defensa de los Derechos Humanos de la institución en el marco particular del cincuentenario de la UNER y los 40 años ininterrumpidos de democracia.  Desde la organización destacaron que la figura de Silvia representa el compromiso y la lucha de la comunidad de la FTS y la propuesta artística a mantener viva la memoria en nuevas generaciones que habitan la institución.

 

 

Un fondo con un gran sol y flores se fue conformando entre el jueves y viernes, en un paño de unos 4 por 3 metros, cerca del cual se desplegaron las pinturas y pinceles en el piso, mientras que en una mesa un grupo de personas con trinchetas se ocupaba del calado de cientos de cuadraditos que compusieron el rostro de Silvia.

«Es la tipografía de las fotos de los diarios, que cuando abrís la impresión y son puntos, es una estética de los sesenta», le comentó a 170 Escalones Pajáro Carreira, durante una pausa en la mezcla de pinturas. «Una de las características de ese mural es que la técnica que elegimos para la representación de cada uno de los grafismos simbólicos tiene un por qué y un para qué. Elegimos el puntillismo para el retrato, dado que el punto por separado es solamente eso, pero la suma de estos distintos puntos hacen un todo que es la identidad y la memoria colectiva», explicitó el artista.

A los y las integrantes de Paraná Pinta se suma la comunidad universitaria: docentes, no docentes, alumnos y también algunos vecinos, familiares y familiares de Silvia. El boceto parte de un mural anterior, que estaba ubicado sobre calle La Rioja, que fue tapado por la Facultad de Ciencias Económicas al momento de renovar su fachada. «En base a esa imagen emblemática de Wollert (la misma que tiene la biblioteca de la FTS que lleva su nombre), se propuso una base de grafismos simbólicos: el sol que ilumina el camino y es la patria que nos contiene a todos. Las flores, con estética pop, que representan la vida, porque con este mural estamos homenajeando la pulsión y decisión de su vida», prosiguió Carreira.

Sobre un fondo negro, se apoyó el esténcil que se estampó con aerosol para regenerar la imagen sobre la pared.

 

 

«Este es un año muy significativo tanto para la sociedad argentina que celebra 40 años de democracia ininterrumpida, como para la UNER que cumple 50 años. La idea de hacer un mural sobre Silvia Wollert surge en este marco, de la mano del compromiso que nuestra facultad tiene con los derechos humanos, pero fundamentalmente del compromiso asumido de restituir la temática de una obra que teníamos en el antiguo edificio de la Facultad de Trabajo Social en calle Rioja, que fue hecha por estudiantes en homenaje y memoria de Silvia Wollert, víctima de la dictadura cívico militar eclesiástica. La inauguración de esa obra se hizo en la calle y estaban presentes los familiares de Silvia, su mama y su hermana Vilma, fue un hecho muy emotivo», contextualizó Alejandra Blanc, secretaria de Extensión y Cultura de la FTS, recordando el acto del 6 de diciembre de 2010. «En este sentido asumimos el compromiso de la restitución temática, en el edificio propio», agregó respecto a la ubicación del nuevo mural en la planta baja de la reciente ampliación edilicia.

«La idea central era replicar el rostro de Silvia, tomando la foto más conocida y difundida de ella y recrearla, entonces buscamos artistas que trabajen la realización de retratos y que además colectivicen parte de la realización de la obra», contó Blanc. El boceto elaborado por Paraná Pinta fue compartido con la familia de Silvia y con la comunidad académica. Vilma Wollert, hermana de Silivia, dijo entonces que la propuesta «remite a la vida, la alegría, al renacer». Desde el diseño hasta los colores se fueron consensuando, en un ida y vuelta participativo, entre la comunidad académica, el grupo de artistas y familia de Silvia.

«Para nuestra institución, Silvia es parte de la identidad, su presencia nos permite continuar construyendo y enseñando la memoria colectiva, la biblioteca de la Facultad lleva su nombre, en 2019 colocamos una baldosa por la memoria, con la participación de la familia siempre», indicó Blanc. «Consideramos fundamental poder trabajar de manera intergeneracional fortaleciendo los lazos de memoria. Como sociedad dijimos “Nunca más” y desde la universidad pública tenemos el compromiso de fortalecer la democracia sosteniendo acciones en pos de la memoria, la verdad y la justicia para contribuir a la garantía de no repetición», concluyó.

 

 

Paraná Pinta

Paraná pinta es un grupo de muralistas, un colectivo donde hay educadores populares, artistas, teatreros. El núcleo básico permanente son unas seis personas a las que se van sumando quienes quieren. «Nos interesa mucho la historia, la identidad, la justicia social. Nos gusta hacer territorio, sacar la obra de arte de la galería y el museo y llevarla a una pared con una temática propia», indicó el Pájaro.

Según entienden sus integrantes, el mural es una excusa de encuentro y diálogo permanente a través del tiempo con una obra de alto impacto, muy bajos recursos y la participación colectiva. En cada mural –llevan ocho realizados en tres años en la ciudad, pandemia mediante – quienes forman parte se apropian de la herramienta y también del sentido producido.

«En los últimos diez años, aproximadamente, hay un reflote del arte callejero, otra valorización del espacio intervenido. El arte callejero es eso: la intervención del espacio público con una obra. El territorio nos contacta y se elige la temática. No pintamos cualquier cosa, no somos una empresa que pinta por encargo, no hacemos copia o restauración; podemos trabajar con el mismo concepto, pero con nuestra impronta», aclaró Carreira, antes de volver a la acción sobre la pared del aula de la FTS.

 

 

Silvia Wollert

Silvia Haydée Wollert nació el 11 de octubre de 1955 en General Ramírez, Entre Ríos. Hasta los 18 años vivió con su familia en Colonia Ensayo, a veinte kilómetros de Paraná, donde cursó la secundaria e inició la carrera de Asistente Social. Paralelamente a su formación universitaria, trabajaba como empleada administrativa en la Unión de Docentes Argentinos y militaba en la Juventud Peronista. En octubre de 1976, su amiga con quién compartían vivienda en Paraná fue detenida, por lo que pasó a la clandestinidad. Su familia tuvo contacto con ella hasta enero de 1977.

El 24 de marzo de ese año en Santa Fe, en vísperas de la llegada de Jorge Rafael Videla para celebrar el primer aniversario del Golpe de Estado, se produjo un supuesto enfrentamiento en el barrio Guadalupe, en el que las fuerzas policiales mataron a un varón y dos mujeres. Luego de muchos años se supo que una de ellas era Silvia, que entonces tenía veintiún años.

Su hermana Vilma Wollert, después de diecisiete años comenzó la búsqueda sistemática de información para conocer qué había sucedido con Silvia. En la indagación consultó a militantes peronistas de la época, compañeros de la Facultad de Trabajo Social, amigos, al periodista Juan Carlos Tizziani y los archivos de los diarios. Tizziani encontró anexado a otra causa judicial el testimonio que se había realizado del supuesto enfrentamiento. Ese documento contenía el relato del hecho, los nombres de las personas muertas, sus domicilios y documentos, y con fecha posterior la orden de inhumación como «NN». Luego se confirmó que en el cementerio municipal de Santa Fe había restos de dos mujeres no identificadas, enterradas pocos días después de aquel supuesto enfrentamiento de 1977.

Después de una demorada aceptación de pedido de exhumación, el 23 de agosto de 1999 con la presencia del Equipo Argentino de Antropología Forense se iniciaron las tareas de exhumación e identificación. En ese momento se lograron identificar los restos de Silvia y de tres personas más. Finalmente el 10 de septiembre de 1999 los restos recibieron sepultura en el cementerio Parque Paraíso de Paz, en Oro Verde.

Además de los grafismos del sol y las flores detrás del rostro de Silvia, el mural en FTS tiene escrito en letras de moldes: «ESTUDIANTE SILVIA WOLLERT PRESENTE. 1955 – 1977».

 

 

 

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