TEXTO Y FOTOGRAFÍAS PABLO RUSSO
Los empleados municipales se acercaron al mástil de la plaza 1° de Mayo y bajaron la bandera nacional, como todos los días, minutos después de las seis de la tarde. A esa hora se comenzaba a reunir gente autoconvocada a partir de un flyer reenviado por WhatsApp cuyo origen se remonta al Foro Ecologista de Paraná y a la Asamblea Vecinalista entre sus impulsores primarios. «Banderazo. En defensa de la Patria y la Democracia. La Patria no se vende!!! Se defiende!!!», invitaba el mensaje difundido el jueves 21 de diciembre por redes, sobre un fondo de estandarte argentino. Habían pasado pocas horas del anuncio presidencial del Decreto de Necesidad y Urgencia que generó reacciones hasta la madrugada en las calles alrededor del Congreso Nacional en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.
Los municipales doblaron la bandera cuidadosamente dejando el sol hacia arriba como una torta amarilla y se fueron del lugar que comenzaba a nutrirse de participantes sin carteles ni pasacalles partidarios. Apenas unos mensajes a mano alzada sobre cartones: «Abajo el DNU», «Tenemos memoria. Nunca Más», o «Las calles son del pueblo»; y otros más elaborados e impresos, aunque sin firma, que sostenías conocidos referentes del MST: «Para Milei la casta es el pueblo» o «Paro general y plan de lucha».
Trabajadores de la cultura, de la universidad pública, ex funcionarios, ex dirigentes sindicales, militantes de organizaciones de derechos humanos y sociales, vecinalistas, ecologistas e integrantes de agrupaciones de pequeñas y medianas empresas fueron parte de las aproximadamente trescientas personas que se manifestaron en la primera protesta en el espacio público de Paraná contra el actual gobierno nacional, a once días de su asunción. «Estos pequeños actos desencadenan grandes movimientos», comentaba alguien, entusiasmado por la reunión.
A las seis y veinte de la tarde, con 28 grados de temperatura ambiente, una mujer comenzó a golpear su cacerola y la gente acompañó haciendo palmas y cantando «No se vende, la patria no se vende», «Paro, paro, paro, paro general», «Milei, basura, vos sos la dictadura» y «A dónde está, que no se ve, esa famosa CGT». La llegada de los medios televisivos concentró el momento de mayor fervor y una lectura interpretativa, a dos voces, de varios puntos del DNU anunciado por cadena nacional en la noche del 20 de diciembre.
Las caras de circunstancia ante la fórmula automática de saludo entre conocidos -«Hola, ¿cómo andás?»- daba pistas inequívocas respecto a las expectativas y vaticinios generales sobre los próximos tiempos. «Nos vamos a empezar a ver seguido por acá», decía uno entre las rondas de mates que se armaron alrededor del monumento a San Martín y en los bancos y el pasto de la plaza. Cerca de las ocho de la tarde noche, la gente se fue dispersando con la certeza de que esto recién empieza.
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