TEXTO Y FOTOGRAFÍAS 170 ESCALONES
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Lucas y Estefanía, junto a Blanca, Azul y Oro, tres de sus cuatro hijos, emprendieron una aventura que comenzó hace tres días en Mercedes, provincia de Buenos Aires, de donde son oriundos, con destino a Nápoles, la tierra que consagró a Diego Maradona.
Llegaron a Paraná este lunes 12, luego de parar en Rosario y en Victoria. En la capital entrerriana siguieron las indicaciones que los llevaban a la playa y terminaron estacionando en el Thompson, a la sombra de unos sauces. Según contaron a 170 Escalones en el trayecto muchos les sacaron fotos, los grabaron con los celulares o les tocaron bocina. Es que un colectivo Mercedes Benz modelo 1961, bautizado «Pelusa» y pintado por sus cuatro costados con imágenes del mayor ídolo del fútbol llama la atención hasta del más desprevenido. Las producciones pictóricas fueron hechas por artistas de la misma ciudad desde donde partió la familia.
«Estamos yendo a Nápoles en un viaje de vida en homenaje a Diego», contó Matías al iniciar el diálogo con este medio. «La idea surgió después de su fallecimiento, en pandemia, para agradecerle las alegrías que nos dio. Todos los días trabajamos un poquito para ir armando el motorhome, pintarlo y darle comodidades. Reciclamos cosas que teníamos en casa y otras las compramos en oferta. Pedimos ayuda y también vimos videos para ver cómo se hacían las cosas».
El primer paso fue el cambio del auto que tenía la pareja por el vehículo que hoy los transporta hacia sus sueños. Para acondicionarlo tuvieron que hacerles muchos arreglos y modificaciones. Desde cuestiones mecánicas hasta adaptaciones para la cocina, el baño, las camas, los espacios para las provisiones y la ropa.
El viaje avanzará de acuerdo a las posibilidades y las vicisitudes que se vayan presentando en el trayecto. Lo vivido en los preparativos les indicaron que «los tiempos no los manejamos nosotros. Dieguito, desde donde esté, nos va a ir guiando».
Para financiarse el viaje vendieron el fondo de comercio del local de ropa deportiva del que vivían en Mercedes. «Esto nos permite asegurarnos, por lo menos, la comida y el combustible. Después tenemos mucho para vender en el viaje. Apostamos a las fotos y a la colaboración de la gente. También tenemos herramientas: podemos pintar, hacer trabajos de electricidad, lo que sea. Estamos abiertos a lo que vaya surgiendo en cada lugar para buscarle la vuelta». Además, pusieron en alquiler su casa y su quinta lo que les permite ir generando ingresos para el sustento diario.
Sobre la educación de las niñas y el niño, Estafanía contó van a estudiar a través del Sistema de Educación a Distancia del Ejército Argentino. Para el entretenimiento llevan patines, bicicletas y juguetes a bordo.
Como si todo lo demás fuese poco, también crearon un altar rodante en el que la gente les da cosas para llevar a Nápoles: cuadros, fotos, dibujos, cartas, pancartas.
Por lo pronto, este martes se quedan en Paraná para ver el partido de Argentina y Croacia por la semifinal del mundial que se está jugando en Qatar. Luego seguirán rumbo a Posadas, Misiones. El siguiente objetivo es pasar a Brasil, remontar por su costa marítima, hasta Santos o Recife donde se encuentra un posible cruce del océano para el colectivo que sería ubicado dentro de un container arriba de un barco con rumbo al viejo continente. Si esto no es posible, el recorrido por tierra continuaría hasta Méjico, más precisamente hasta el estadio Azteca. Desde ese país cruzarían a Europa. La familia se tomaría un vuelo mientras su vehículo lo haría por mar.
Para quienes quieran contactarse con ellos, saber más sobre su travesía o consultarlos sobre su trabajo pueden seguirlos en todas las redes a través de su dirección @pelusaporelmundo.