CEFER: estímulo y práctica creativa

TEXTO PABLO RUSSO

FOTOGRAFÍAS CEFER

 

 

El Centro Experimental de Fotografía de Entre Ríos (CEFER), que funciona en el segundo piso de la Casa de la Cultura (9 de Julio y Carbó), lleva adelante un laboratorio artístico denominado hilo de agua marrón cobrizo. Se presentó como un espacio destinado a experimentar, documentar y dialogar sobre la práctica personal, a la vez que ampliar las posibilidades creativas que posibilita interactuar con el hábitat natural. Para esto, se diagramó una instancia presencial en La Porota, espacio rural agroecológico ubicado en La Picada, a 20 kilómetros de la capital entrerriana.

 

 

El taller propone dos módulos prácticos de tres encuentros cada uno, que ya se están desarrollando: Narrar el territorio, coordinado por Sofía López Mañan; y Fotografía experimental desde elementos naturales, a cargo de Laura Basílic. Narrar el territorio es un taller teórico práctico donde a través de la experimentación pretenden sortear la homogeneidad discursiva en busca de un ecosistema narrativo que desafíe las propias construcciones y que la misma curiosidad amplíe el campo de percepción y ayude a comprender la práctica creativa. El segundo módulo se aborda a partir del acercamiento a técnicas que utilizan el sol como agente revelador y las hojas de árboles, emulsiones orgánicas y elementos no convencionales como material fotosensible, con la mínima intervención de sustancias químicas (emulsiones artesanales y posibles lienzos naturales donde construir imágenes).

«Estos talleres los pensamos desde el CEFER para armar algún tipo de espacio práctico y experimental que tenga un anclaje en el entorno natural», le contó Sergio Otero a 170 Escalones. El objetivo era trabajar de dos maneras: desde una perspectiva abarcativa, que incluya e integre otras artes visuales y estimule en los procesos; y hacer un paso por alguna de las técnicas alternativas de la fotografía que también tienen que ver con la práctica. «(Queríamos) tener esas dos herramientas a disposición: no solo el trabajo en el territorio sino técnicas», agregó el integrante de la organización.

Para poder salir al territorio tramitaron recursos para traslados y honorarios ante la Secretaría de Gestión Cultural del Ministerio de Cultura de la Nación, que coordina Federico Prieto, quien en su momento también trabajó para impulsar este centro experimental.

 

 

¿Qué es el CEFER?

El Centro Experimental de Fotografía de Entre Ríos surgió con la idea de generar un espacio crítico de reflexión, análisis y pensamiento a través de diferentes actividades, explicó Ivo Betti, uno de sus fundadores e integrantes. «Toma como premisa tres ejes fundamentales en los que se basa para dar forma a la estructura de funcionamiento: trabajo en el territorio, investigación y el fomento a los procesos artísticos. A partir de ahí, se construye una línea de trabajo que además de consolidar cada uno de estos pilares abre el juego hacia el campo de las artes visuales en general y se vincula directamente con el universo literario y audiovisual, creando así una comunidad diversa que dialoga sobre distintas temáticas que atraviesan el espectro social», añadió. Entre ellas, las técnicas experimentales propiamente dichas en el terreno fotográfico que ponen en tensión las formas actuales de concebir la fotografía tradicional; la exploración de espacios de la ciudad o la provincia que forman parte del patrimonio cultural y sus habitantes; temáticas de género que invitan a la reflexión a través de una diversidad de voces e intercambio colectivo; o instancias de desarrollo narrativo como propuesta abierta para elaborar un pensamiento crítico en torno a la imagen como disparador de ideas, entre otras.

«Nosotros intentamos consolidar un espacio de experimentación dentro de las artes visuales, específicamente en la fotografía, para trabajar desde ahí el soporte visual y la imagen como un medio para abordar distintos campos de lo social: ya sea el campo comunitario, los distintos procesos artísticos o también abordar la investigación dentro del territorio», sumó Otero. A partir de esas premisas impulsaron formaciones y prácticas compartidas. «Intentamos generar una accesibilidad a todo el público, no necesariamente tienen que ser fotógrafos las personas que asisten, sino que buscamos que se conozcan las posibilidades que nos brinda el soporte fotográfico y poner también en discusión los contextos sociales que también lo vinculan», añadió.

Los orígenes de este centro de experimentación se remontan al 2020. De allí surgió el proyecto narrativo Mi Barrio en Fotos, como un dispositivo que intentó promover las memorias comunitarias de las distintas localidades y comunas de Entre Ríos, así como en la barriada de Bajada Grande. Entender la fotografía como un lenguaje más dentro de las artes visuales y poder proponer mixturas con otras disciplinas o lenguajes es la constante del espacio.

«Creemos que la imagen o la fotografía es un medio para decir desde distintas esferas sociales, desde distintos enfoques y perspectivas. Entonces, está la idea de cómo pensar ese soporte de manera integradora, de manera accesible, con la intención de promover el lenguaje dentro de las artes visuales», fundamentó Otero.

 

 

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