TEXTO FRANCO GIORDA
FOTOGRAFÍAS FACULTAD DE CIENCIAS DE LA EDUCACIÓN DE LA UNER
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La ensayista e investigadora Paula Sibilia brindó una conferencia abierta en Paraná sobre el modo en que la intimidad se ha vuelto un espectáculo. En este sentido, introdujo al tema refiriéndose a lo íntimo como un invento moderno de la burguesía europea que corresponde a la esfera privada, preservado de la mirada ajena y separado del espacio público. Este ámbito se constituye regulado por normas y protocolos. Al respecto, señaló que «esta separación y estas reglas organizan un modo de ser y de vivir» y, por lo tanto, han modelado las subjetividades.
Esta situación «ha sido perturbada», dijo, a partir de una nueva «compatibilización de nuestros cuerpos con las tecnologías». Sobre éstas, a su vez, señaló que «no son neutras, ni neutrales, ni buenas, ni malas. Son históricas y compatibles con ciertos modos de vivir». Esto implica la indicación de determinados valores y creencias. El correlato, en este caso, es la pérdida de compatibilidad con lo analógico. Por ejemplo, con la lectura y la escritura en papel.
La charla de Sibilia tuvo lugar este miércoles 10 por la noche en el auditorio Rodolfo Walsh de la Facultad de Ciencias de la Educación de la UNER (Buenos Aires 389) en el marco del Seminario Comunicación Digital, Ciberculturas y Procesos de Subjetivación de la Maestría en Comunicación. El espacio fue colmado por integrantes de la comunidad académica y el público interesado. La concurrencia ocupó no solo las butacas, sino también los escalones que llevan al escenario.
El nuevo panorama, explicó la especialista, ha modificado dos ejes de un modo de vida histórico «el uso del tiempo y el espacio» (con las redes cambian los límites de ambos) y «los modos de relacionarse con uno mismo, con los demás y con el mundo». Para explicar la razón de esto, recurrió al programa de la genealogía. De este modo, hizo un recorrido por la evolución y asimilación que han tenido las tecnologías: desde la PC como un mueble familiar hasta los teléfonos inteligentes. En este periplo subrayó que esas tecnologías suponen, proponen y estimulan usos particulares.
En este punto de la charla fue que presentó el concepto de extimidad; término utilizado en el título elegido para la disertación: La era de la extimidad: tensiones entre espectáculo y (des)control. El neologismo, según explicó, refiere a la exposición de los sentimientos, la sexualidad, la comida, los duelos, las vacaciones, entre otras manifestaciones y hábitos que antes estaban reservados a la intimidad.
Al respecto, indicó que las redes sociales han sido diseñadas para compartir esa extimidad con códigos propios. Por ejemplo, las selfies no son concebidas para ser colgadas en el living o guardadas en un álbum familiar sino para ser compartirlas de manera instantánea y recibir una respuesta positiva. En caso contrario, si la instantánea no tiene el resultado esperado suelen ser borradas rápidamente.
Cada segmento de su exposición fue acompañado por una serie de imágenes (pinturas y fotografías) que referían a los problemas presentados. En su alocución, también se refirió a la obra de Guy Debord (1931 – 1994) La sociedad del espectáculo (1967) donde el autor francés sostiene que la espectacularización no es un show sino un tipo de relación social entre personas mediadas por imágenes. También aludió al texto de Gilles Deleuze (1925 – 1995) Posdata sobre las sociedades de control (1990) y al concepto de Michel Foucault (1926 – 1984) de sociedades disciplinarias. En este sentido, indicó la diferencia entre control (que se ejerce de manera horizontal) y vigilancia (que se ejerce de manera vertical o jerárquica).
Sibilia dijo que en la era de la extimidad «la vida cotidiana es convocada a performar y a realizarse en escena». Habló de versiones photoshopeadas de uno mismo bajo las reglas del discurso y la estética publicitaria/realista que impera en las redes. Esto hace surgir las tensiones entre el espectáculo montado y la posibilidad de que este se descontrole a partir de la mirada de los otros y de uno mismo. Así es que el descontrol del propio espectáculo acarrea nuevos sufrimientos.
Como epílogo se refirió a su obra Redes o paredes. La escuela en tiempos de dispersión (Tinta Fresca). En este punto retomó las compatibilidades e incompatibilidadades con lo digital y lo analógico en el contexto educativo. Antepuso la lógica ilimitada de las redes a los límites de las paredes. No obstante, identificó al cine y al teatro como excepciones donde las paredes aún cuentan con legitimidad. Se refirió a esos ámbitos como «reductos y refugios analógicos».
Sibilia es graduada en Comunicación y en Antropología por la Universidad de Buenos Aires. Actualmente, vive en Brasil donde hizo una maestría en Comunicación, un doctorado en Salud Colectiva y otro en Comunicación y Cultura. Además, realizó un post-doctorado en la Université Paris VIII. Es profesora del Departamento de Estudios Culturales y Medios y del Programa de Posgrado en Comunicación de la Universidad Federal Fluminense (UFF). Se dedica al estudio de temas culturales contemporáneos, en especial, a las relaciones entre cuerpos, subjetividades, tecnologías y manifestaciones mediáticas o artísticas. Es autora del libro La intimidad como espectáculo (Fondo de Cultura Económica).
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