Los «fenómenos» que interpelan al espectador

TEXTO FRANCO GIORDA

FOTOGRAFÍAS FREAKS

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La furia con la que el presentador de feria rompe el afiche de la propia película que acaba de comenzar es una interpelación inquietante para quien está frente a la pantalla. Con esa acción inicial el director de Freaks, Tod Browning, advierte que su obra no es un espectáculo basado en la crueldad sino una crítica al morbo y al placer malicioso que puede generar mirar enanos, hermafroditas, siameses o personas sin extremidades. Pocas veces, una realización audiovisual de ficción desafía de esta manera decididamente directa al espectador.

Freaks es un film de 1932 que se ha vuelto cada vez más sólido con el correr del tiempo. Incluso, la postura que asume en relación a las cuestiones de género es sorprendente. Su influencia en la historia del cine y la cultura es indiscutible. Entre otras muchas piezas, el Hombre Elefante de David Lynch o algunas realizaciones de Luis Buñuel como Viridiana o Los olvidados (con su contundente huevazo a la cámara) son deudoras de esta fuente.

 

 

La acción transcurre en la trastienda de un circo que se encuentra momentáneamente en Francia y en el que trabajan payasos, forzudos, trapecistas, tragasables, escupefuegos y gente con discapacidades y malformaciones. La nacionalidad de origen de cada uno es diferente. El drama está centrado en la relación establecida entre unos y otros al interior de esa comunidad de errantes. El público de esa propuesta brutal no aparece sino más bien de manera desdibujada. Podría suponerse que son quienes miran la película justamente los que están postulados como la audiencia de esas variedades.

El nudo central de la trama es el engaño perpetrado por Cleopatra, la trapecista, al enano Hans, para sacarle todo su dinero. En torno a ellos se desarrollan otras historias que confluirán en una resolución vengativa y turbadora. El escándalo que generó su exhibición hizo que los productores de la Metro Goldwing Mayer decidieran recortar las imágenes más crudas. De este modo el metraje se redujo a solo una hora de duración. Sin embargo, esto no alcanzó para evadir la censura ni el rechazo del público. Recién tres décadas después, en 1963, el trabajo obtuvo su reconocimiento en una proyección especial del Festival de Venecia.

 

 

A pesar de lo extremo de muchas escenas no fueron utilizados efectos especiales para retratar a los personajes. Con este trabajo, Tod Browning deja testimonio del trato humillante que reciben, por una u otra razón, buena parte de los seres humanos. En este sentido, lo atroz no está en los cuerpos sino en la cultura de la discriminación y el sometimiento. Este realizador conocía muy bien el mundo que representaba ya que desde adolescente formó parte de troupes circenses.

Freaks es la tercera película elegida para ser proyectada en el Ciclo de Cine Bizarro que se lleva adelante en la Facultad de Ciencias de la Educación de la UNER. La propuesta es parte de la acción de extensión dirigida y conformada, por primera vez, por personal administrativo y de servicio (Pays) de la universidad. Además, acompañan la organización estudiantes y docentes de las carreras de Comunicación Social y de Gestión Cultural. También realizan su aporte el Cine Club Musidora y el grupo cinéfilo Relámpago Verde.

 

 

El director de la iniciativa, Juanqui Izaguirre, indicó que «la idea de hacer una acción de extensión vinculada al cine bizarro era una cosa que hace bastante tiempo me venía dando vueltas. Por esa magia de las cosas que ocurren, a partir de una serie de encuentros, llegó la posibilidad de cristalizar la posibilidad de hacer el ciclo. Siempre me llamó la atención qué es lo que lleva a una película considerada mala a ser de culto. Luego, poniéndola en contraste con otras películas se puede comparar y entender que el cine bizarro en realidad es un mecanismo hermoso que nos permite tomar contacto con otras realidades» y agregó «el cine es una gran posibilidad de poder ver en imágenes lo que otra persona ha imaginado. Eso tiene un gancho muy importante. Eso nos permite vivenciar las experiencias de otras personas y a su vez a reflexionar sobre lo visto».

En cuento al hecho de que el proyecto sea impulsado por Pays, opinó que «la última resolución del Consejo Superior en la cual se nos habilita a presentar acciones y proyectos de extensión me parece progresista y viene a traer un poco de justicia a todos aquellos que han trabajado en proyectos de extensión y no podían poner su nombre por no pertenecer al claustro docente. Si uno entiende la universidad como la construcción de saberes a partir de confrontar con el otro me parece que esa cuestión está reflejada en que hoy los Pays puedan presentar este tipo de proyectos». Luego, añadió «entre las tres funciones de la universidad – docencia, investigación y extensión – estamos con esta última ante una gran posibilidad porque es la que vincula con el afuera de la universidad y también hacia su interior».

Hasta el momento se han exhibido en este marco Plan 9 del espacio exterior (Ed Wood Jr., 1959) y Meet the feebles (Peter Jackson, 1989). Este jueves 3 de octubre a las 20 en el Auditorio Rodolfo Walsh (Buenos Aires 389) será el turno de Freaks. En la última función se verá Mars attacks! (Tim Burton, 1996); el encuentro está previsto para el jueves 10 (en la misma hora y en el mismo lugar). Todas las funciones están acompañadas por las «intervenciones marcianas» de Nacho Koornstra y Eva Cabrera. La entrada es libre y gratuita.

 

 

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